lunes, 8 de junio de 2015

El cactus y el globo

Todos los que estaban en el pueblo siempre los veía pasar, eran inseparables, como si fueran siameses decían. Pero no era así, solo eran dos distintos tan parecidos que se complementaban en su totalidad.
La historia del cactus y el globo comienza desde hace mucho tiempo, de chicos se hicieron conocidos, amigos, hermanos. Su relación era tan fuerte que nadie lo podía creer.
El con sus espinas y su corteza fuerte hacia creer a todo el pueblo que era fuerte como una roca y poderoso como superman, por otro lado, el globo con toda la delicadeza que guarda en su interior, dejaba que sus sentimientos florezcan a flor de piel.
Los vecinos dicen que un día el cactus sin querer toco al globo, dejando que su aire, como la confianza y relación se vayan perdiendo poco a poco, y que por mas parches que intentaron ponerle, el pobre globo seguía perdiendo toda su esencia.
El cactus muy angustiado intento buscar ayuda por todos lados, -LA ENCONTRÉ- la clínica de globos había abierto hacia tres semanas, y allí lo depositaron, para que recupere todo ese aire perdido, que recupere esa sonrisa y esa libertad tan infinita que permitía que vuele tan lejos como quiera.

La historia aun continua y el cactus lo espera todos los días, deseando que se recupere, que tome fuerzas y que salga de nuevo a la vida.
Que sus día vuelvan a ser como los de antes, con sus charlas, caminatas, esa inseparable dupla que dejaba a todo el pueblo con la boca abierta.
Los cactus no lloran por miedo a perder su agua, pero dentro de ellos hay un mar de emociones que los encierra.
No hay que dejarse llevar por lo que uno ve por fuera, con pocas palabras uno puede decir mucho, y eso era lo que hacia el cactus.

 

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