miércoles, 20 de abril de 2011

El regreso-callejeros


Y de una vez por todas se nos dio !!!! Casi todos los que quisimos estar, estuvimos. Algunos, por razones obvias, no pudieron viajar. Sobraban curiosos, pero también sobraban las caras conocidas, esas mismas caras que se veían en cada lugar donde Callejeros tocaba. Micros de varias partes de Buenos Aires, la terminal de Retiro con muchas remeras callejeras, gente de Jujuy, de Catamarca, de Mendoza, de Santa Fe y otras provincias.
Con todas las entradas vendidas, plateas repletas, un palco con familiares de la banda y familiares de víctimas y un campo agotado, salió Callejeros a escena. Tal como estaba acordado, a las 5 de la tarde arrancaron con Señales. Mezcla de llantos y sonrisas, quizá por recordar a algunos chicos que ya no están, quizá por recordar aquella noche terrible o simplemente por recordar lo que era un recital de Callejeros. El nudo, Cristal, No somos nadie y La Llave siguieron en la lista. Después de tocar Los Invisibles, Pato hizo su primera mención al 30 de Diciembre. Textual: "Hace unas horas leimos una noticia; un título que decía que los papas que habian venido a Córdoba para impedir el show habian fracasado. Me parecio que no correspondía; acá no es una cuestión de fracasar o ganar. Yo creo que la noche del 30 de diciembre de 2004 perdimos todos. Tuvimos como sociedad un problema jodido. A Callejeros le tocó de muy cerca, lo golpeó, lo agujereó, lo pasó por encima, como a un monton de chicos que estan hoy acá y como a muchos padres que han perdido hijos. Es muy jodida la situación. No nos parece que no tocando no se los recuerde; me parece que unos de los primeros que vamos a recordar a los chicos somos nosotros. Mi viejo dice que muerto es aquel que nadie recuerda y, cada vez que toque Callejeros, estos chicos van a estar vivos, y más vivos que nunca"
Luego de estas acertadas palabras, Pato, pedido de la madre, le dedicó Jugando a Gastón Amaya, uno de los chicos fallecidos en Cromañon. Este quizá fue uno de los momentos más emotivos del show. Ya con Bam Bam Miranda en percusión hicieron Armar de nuevo. Después aparecieron los temas de la lista "para bajar de peso": Presión (tremendo agite), Puede, Si me cansé y Una nueva noche fría. Con Juancho en el bandoneón tocaron Fantasía y Realidad y Rompiendo Espejos. Antes de Sed Pato se refirió al embargo: "Están muy equivocados si piensan que un embargo puede debilitar a una banda de rock, nos chupa un huevo; a nosotros nos sobran huevos para subir a un escenario y también nos sobra SED". Volvió Bam Bam a la percusión para hacer bailar a todos en Callejero de Boedo. Después, fiesta y más fiesta con Sonando ("...y seguirán sonando así, sonando rocanroles...") y Ojalá se los Lleve. Imposible no emocionarse con Rocanroles sin Destino. Dedicada a los chicos que estuvieron en Cromañon: "tanto ellos como nosotros necesitamos esto, hacer un recital y terminarlo". Después de esta canción se fueron del escenario y volvieron para hacer cuatro temas más. El primero fue Sueño el cual fue dedicado a todos los cordobeses. Pato contó que escribió la canción durante un viaje a Córdoba en 2005 y agradeció a los cordobeses por el afecto que había recibido durante esa estadía y, obviamente, en estos últimos días. Siguió Ilusión, un tema que habla del vínculo entre la banda y la gente y que el Jueves pasado estuvo más vigente que nunca ("...mi ilusión es mi estrella, mi dios, mi razón, SON USTEEEDES..."). Sin tu voz caeré... El anteúltimo tema fue Prohibido ("...no tocás, te vestís muy mal..."). Después de agradecer a toda la gente de Córdoba, del Chateau, a Palazzo y a todos los presentes, Pato dijo "A los demás, chupenla por caretas!!" (¿Por qué será que tantas personas se hicieron cargo de este dicho?). Y largaron con Imposible, más emocionante que nunca, más cantada-gritada que nunca, el oooohhh oooohh oohh oohhh oh oh del final fue terrible... Fue un grito liberador, de angustia, de alegría contenida, de tristeza. Desde la platea baja empezó a bajar el "oooohhh Callejeros es un sentimiento, no puedo parar", rapidamente el cantito copó el campo y tardó un poco más en copar el escenario. Edu, Maxi, Dios, Pato, Dani, Diego, Elio y Juancho... abrazados, cantando, saltando, llorando. Todo terminó tranquilo y en paz. Cuando nos íbamos, se podía ver en el tablero electrónico del Chateau: "A LOS INVISIBLES, POR SIEMPRE". A nosotros, pero más que nada a Ellos, los que ya no están.

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